Entre la familia (primera y principal responsable de su educación) y el Colegio (colaborador activo en la misma) implica una verdadera alianza para ayudar a cada alumno en todo sentido: en el logro de sus objetivos de aprendizaje, pero también en la formación de actitudes y virtudes, en una buena integración social formando un buen grupo de amigos que los acompañarán a lo largo de toda su vida, en su desarrollo pleno.
Somos más que un colegio.
Aspiramos a que cada persona (alumnos, docentes, familias) que transite por nuestro colegio experimente su pertenencia a nuestra comunidad como algo profundamente valioso y enriquecedor.
Buscamos acompañar a los alumnos en el crecimiento y la maduración de su Fe, invitándolos a encontrarse con Jesús.
Cada alumno y alumna es para nosotros un ser único e irrepetible, cuyo crecimiento integral queremos acompañar.
El inglés como segunda lengua amplía las perspectivas de aprendizaje y habilita a nuestros alumnos a una mejor comprensión del mundo.
Como la vida, nuestra educación apunta a un complemento entre el varón y la mujer.
El colegio busca formar personas creativas, empáticas, solidarias, con capacidad de trabajo colaborativo y con fuerte sentido de pertenencia a su comunidad y su vez, abiertos al mundo.
*Encuesta realizada en entre más de 700 exalumnos durante 2020 y 2021.